7 Pues la impía Atalía y sus hijos habían arruinado la Casa de Dios,
llegando incluso a emplear para los Baales todas las cosas consagradas a la
Casa de Yahveh.
8 Mandó, pues, el rey que se hiciera un cofre, que fue colocado junto a
la puerta de la Casa de Yahveh, por la parte exterior;
9 y echaron bando en Judá y en Jerusalén de que trajesen a Yahveh la
contribución que Moisés, siervo de Dios, había impuesto a Israel en
el
desierto.
10 Todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y
traían la
contribución y la echaban en el cofre hasta que se llenaba.
11 Cuando llevaban el cofre a los inspectores del rey, por medio de los
levitas, si veían que había mucho dinero, venía el secretario del
rey y el
inspector del sumo sacerdote para vaciar el cofre; luego, lo tomaban y lo
volvían a su lugar. Así lo hacían cada vez, y recogían dinero en abundancia.